Acerca de mí
Biografía
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Infancia
Mónica Bachue nació en Cúcuta, Norte de Santander, Colombia, una ciudad fronteriza con Venezuela. Poco después de su nacimiento, su familia se trasladó a Pamplona, un pueblo histórico en los Andes colombianos, donde creció. Pamplona, reconocida por su sistema educativo y su rica tradición en tejido, moldeó la identidad cultural de Bachue, aunque el abandono estatal de la región presentó desafíos para su familia de bajos recursos. Su padre, Oswaldo, exprofesor de escuela rural convertido en técnico electromecánico, le inculcó la pasión por la política y el pensamiento crítico. Su madre, Helena, una comerciante que pasó de cortar cabello en casa a liderar la tienda de insumos cosméticos más exitosa de Pamplona, le enseñó resiliencia y determinación. Crecer junto a sus hermanos mayores, Olivert y Max, y su hermano menor, Juan Diego, en un hogar muy unido, le enseñó a enfrentar la vida sin rodeos.
Nacida con labio y paladar hendido, Bachue se sometió a 13 cirugías reconstructivas, una experiencia que marcó profundamente su infancia. Las constantes visitas al hospital y la percepción social sobre su condición hicieron que la belleza pareciera algo lejano, por lo que encontró refugio en el estudio y el voleibol. La insistencia de su madre en que esconderse no era una opción le forjó una tenacidad que luego definiría su carrera. Desde niña, su creatividad se manifestó jugando con retazos de tela, un guiño a las tradiciones de tejido y costura de sus abuelos y tías-abuelas andinas. Usando una Barbie usada y rota como maniquí, confeccionaba ropa, sentando las bases de su camino en la moda.
Educación
Su curiosidad intelectual la llevó a estudiar derecho, inspirada por un amigo de la familia que era juez—y convertía las peleas entre hermanos en pequeñas audiencias divertidas—y por las discusiones políticas con su padre. Aunque inicialmente pensó en estudiar medicina, tras un semestre de pre-médico descubrió que su pasión estaba en los libros, lo que la llevó a estudiar Derecho en la Universidad Santo Tomás de Aquino en Bucaramanga, donde se graduó como abogada. Luego obtuvo certificaciones en mediación legal y un título en derechos del transporte internacional en la Universidad Externado de Colombia en Bogotá. Estos estudios afinaron su pensamiento analítico y su enfoque como defensora, cualidades que más adelante enriquecerían su trabajo como vocera global.
Después de casarse con un ingeniero asiático-estadounidense y mudarse a Estados Unidos, Bachue, con el equivalente a un título universitario en derecho, enfrentó barreras económicas para continuar su formación legal. En su lugar, decidió seguir su sueño de infancia: estudiar diseño de moda. Ingresó al Fashion Institute of Design & Merchandising (FIDM) en Los Ángeles, donde se especializó en diseño de tejidos de punto—un guiño a la tradición textil de Pamplona—y desarrolló un sólido conocimiento técnico sobre textiles. Su primera clase de ilustración de moda fue transformadora: el dibujo se convirtió en su forma de perderse en la creatividad y encendió una pasión que nunca se apagó. Aunque solo tomó una clase de historia del arte, su talento artístico autodidacta floreció, sentando las bases para sus diseños innovadores.
Carrera y Logros Artísticos
La carrera de Bachue comenzó con un emprendimiento: revendía ropa seleccionada en los primeros días de Facebook, lo que más tarde se convirtió en su primera boutique, Velazca, en Colombia. Ahorrando lo suficiente para volver a estudiar, lanzó Leporinos, la primera marca de moda del mundo inspirada en el labio y paladar hendido. La idea nació en un momento clave: mientras hacía una ilustración de moda, se atrevió a dibujarse los labios como realmente eran, y así nació su primera ilustración de leporinos. Estampada en camisetas y sudaderas, la imagen se volvió viral en redes sociales, transformando Velazca en Leporinos: un movimiento que celebra las diferencias a través de la moda. Su ropa de punto, fabricada en Pamplona para revivir su tradición textil, mezcla herencia colombiana con estética contemporánea, y presenta ilustraciones audaces que transforman el labio leporino en arte.
Leporinos ha recibido reconocimiento internacional. Sus diseños han sido usados por la Primera Dama de Colombia, el cantante Sebastián Yatra, la actriz Natalia Reyes y referentes de la moda como Kika Rocha. Bachue fue la estilista del video musical “Let Me Help You” del cantante Mario y ha liderado pasarelas en espacios artísticos como el Museo de Arte Moderno Eduardo Ramírez Villamizar en Pamplona, la residencia del embajador de Francia en Bogotá y el Aeropuerto de Cúcuta para New Balance. También realizó una pasarela privada en casa de Juliana Márquez, madre de un expresidente colombiano, y participó en ferias como BURO (2018–2020) y CUMO (2018–2020). Su pasarela “Moda para Mi Páramo”, parte del Proyecto Biocuenca, usó técnicas de tejido andino para promover la conservación ambiental. Su exposición “No Todos Somos Iguales” en la Casa Museo Anzoátegui de Pamplona fusionó arte y moda para celebrar la diversidad y las opiniones políticas.
Como artista, ha expuesto en Colombia, Milwaukee (Gallery Night, 2024–2025) y Nueva York (evento de la junta de alumni de Operation Smile en The Board House). Su arte de leporinos, que presenta el labio hendido como algo orgulloso, sensual y artístico, ha desafiado los estándares de belleza. También ha enseñado talleres avanzados de diseño en la Cámara de Comercio de Bucaramanga, la Universidad de Pamplona y la Universidad Jorge Tadeo Lozano, formando a nuevas generaciones de diseñadores.
Activismo y Impacto Social
La carrera de Bachue comenzó con un emprendimiento: revendía ropa seleccionada en los primeros días de Facebook, lo que más tarde se convirtió en su primera boutique, Velazca, en Colombia. Ahorrando lo suficiente para volver a estudiar, lanzó Leporinos, la primera marca de moda del mundo inspirada en el labio y paladar hendido. La idea nació en un momento clave: mientras hacía una ilustración de moda, se atrevió a dibujarse los labios como realmente eran, y así nació su primera ilustración de leporinos. Estampada en camisetas y sudaderas, la imagen se volvió viral en redes sociales, transformando Velazca en Leporinos: un movimiento que celebra las diferencias a través de la moda. Su ropa de punto, fabricada en Pamplona para revivir su tradición textil, mezcla herencia colombiana con estética contemporánea, y presenta ilustraciones audaces que transforman el labio leporino en arte.
Leporinos ha recibido reconocimiento internacional. Sus diseños han sido usados por la Primera Dama de Colombia, el cantante Sebastián Yatra, la actriz Natalia Reyes y referentes de la moda como Kika Rocha. Bachue fue la estilista del video musical “Let Me Help You” del cantante Mario y ha liderado pasarelas en espacios artísticos como el Museo de Arte Moderno Eduardo Ramírez Villamizar en Pamplona, la residencia del embajador de Francia en Bogotá y el Aeropuerto de Cúcuta para New Balance. También realizó una pasarela privada en casa de Juliana Márquez, madre de un expresidente colombiano, y participó en ferias como BURO (2018–2020) y CUMO (2018–2020). Su pasarela “Moda para Mi Páramo”, parte del Proyecto Biocuenca, usó técnicas de tejido andino para promover la conservación ambiental. Su exposición “No Todos Somos Iguales” en la Casa Museo Anzoátegui de Pamplona fusionó arte y moda para celebrar la diversidad y las opiniones políticas.
Como artista, ha expuesto en Colombia, Milwaukee (Gallery Night, 2024–2025) y Nueva York (evento de la junta de alumni de Operation Smile en The Board House). Su arte de leporinos, que presenta el labio hendido como algo orgulloso, sensual y artístico, ha desafiado los estándares de belleza. También ha enseñado talleres avanzados de diseño en la Cámara de Comercio de Bucaramanga, la Universidad de Pamplona y la Universidad Jorge Tadeo Lozano, formando a nuevas generaciones de diseñadores.
Activismo y Impacto Social
El trabajo de Bachue con Leporinos y Monica BACHUE Studio gira en torno a un mensaje claro: el labio leporino es una condición, no un destino, y cada rostro es una obra de arte. A través del arte y la moda, empodera a las personas para apropiarse de su historia, mostrando que las diferencias físicas pueden ser motivo de orgullo y belleza. Usando lenguajes universales como la moda, el arte y la amistad, evita el discurso de víctima y crea conexiones auténticas. Sus diseños, usados por celebridades globales, y sus exposiciones han inspirado a muchas personas a abrazar su singularidad, aunque las historias individuales de impacto aún están emergiendo.
Su activismo incluye alianzas con organizaciones clave:
Operation Smile: Como embajadora en misiones en Bogotá, Perú y Bolivia, compartió su historia para motivar a pacientes y familias. Diseñó para el programa Women in Medicine en Marruecos, Perú, Filipinas y África, y fue artista invitada en su evento en Nueva York. Recibió el premio Cotto Change Maker de Operation Smile y Llandró.
Naciones Unidas: Lideró un taller en la selva del Catatumbo, Colombia, enseñando a excombatientes mujeres del acuerdo de paz de 2016 a diseñar faldas como símbolo de transición del conflicto a la creatividad.
Drawing Alegría, Healing the Children, Fundación Imat: Bachue ha colaborado con estas organizaciones, posiblemente aportando arte, diseño o activismo para apoyar sus misiones.
Como oradora motivacional, Bachue habla sobre resiliencia, autoaceptación y creatividad como herramienta de poder. Su discurso de apertura en la 11ª reunión de la G4 Alliance en Ginebra la posicionó entre líderes globales de salud, abogando por políticas inclusivas. Su taller para la ONU en Catatumbo empoderó a mujeres a través del diseño, reforzando su convicción de que el arte puede transformar vidas.
DECLARACIÓN DE ARTE
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La Belleza de la Singularidad
La obra de Mónica Bachué sirve de puente entre el arte contemporáneo, la observación social y la intimidad personal. En su exploración estética y filosófica, cada pieza se convierte en un homenaje visual a las personas con labio hendido, creando una narrativa que desafía la belleza estandarizada y celebra las singularidades humanas. Su obra trasciende lo visual para ahondar en lo ontológico, invitando al espectador a reflexionar sobre el rostro como mapa de experiencias y resiliencia.
Inspirada en la idea de Arthur Danto de que «el arte es el espejo que devuelve la mirada de nuestra identidad cultural» (La Transfiguración de lo Común, 1981), la artista reconfigura el rostro humano a través de las artes plásticas, explorando texturas, colores y distorsiones que no solo evocan una perspectiva empática, sino que también cuestionan las nociones preestablecidas de perfección.
Bachué emplea técnicas mixtas —escultura, acrílico sobre lienzo, ilustración, tintas y texturas superpuestas— para incrustar historias personales en sus obras. Estos retratos no se limitan a replicar lo que una cámara podría capturar; En cambio, revelan la esencia emocional y vivida de los sujetos. Como argumenta Slavoj Žižek en The Fragile Absolute (2000), «lo que vemos en el rostro del otro es nuestra propia fragilidad reflejada», una noción que guía cada pincelada y decisión artística de su obra.
Resolviendo Problemas a través del Arte
El «problema» que aborda la artista no es la deformidad como algo que necesita corrección, sino la percepción de la sociedad, que categoriza ciertos rasgos como defectos. En este sentido, su obra establece un nuevo lenguaje visual que desmantela los prejuicios. Inspirándose en las reflexiones de Gilles Deleuze en Francis Bacon: La Lógica de la Sensación (1981) sobre cómo el arte puede escapar de los clichés visuales, emplea deliberadamente distorsiones y líneas fragmentadas para resistir la representación normativa y crear un espacio para la comprensión abierta. Sus retratos no buscan idealizar ni corregir, sino resaltar la singularidad de cada individuo.
Utilizando un lenguaje visual que fusiona elementos figurativos y abstractos, Bachué presenta el rostro como un mapa de experiencias. La incorporación de texturas —textiles y bordados— extraídas de su trayectoria como diseñadora de moda añade una dimensión táctil, invitando al espectador a “sentir” las historias grabadas en las cicatrices.
Vida y Arte: Una Conexión Intrínseca
La vida de la artista está profundamente entrelazada con su obra. Nacida con labio hendido, su experiencia personal ha sido un motor constante en su práctica artística. Esta conexión biográfica impregna su obra de autenticidad y urgencia. Como explica Roland Barthes en Cámara Lúcida (1980), “toda obra que impacta profundamente al espectador lleva en sí el punctum, la herida que atraviesa a la artista”. Para Mónica Bachué, el punctum no es solo su experiencia personal, sino también la empatía que transmite al visibilizar las historias que a menudo se silencian.
Su obra también se relaciona con las ideas de Judith Butler sobre la performatividad, afirmando que la identidad no es estática ni singular, sino una construcción continua negociada entre el individuo y la sociedad (Gender Trouble, 1990). En su arte, el rostro —en particular el rostro marcado por cicatrices— se convierte en un símbolo de resistencia contra las narrativas sociales dominantes que dictan lo que merece ser visto.
El arte como espacio de transformación
En esencia, el arte de Mónica Bachué es una invitación a la transformación. Como afirma Boris Groys en Art Power (2008), «el arte no solo refleja el mundo; lo moldea». Cada pieza se convierte en un manifiesto visual que fomenta una relación renovada con la diferencia e incita al espectador a reconsiderar lo que significa ser humano. Su obra no es solo estética; es ética: un llamado a ver, sentir y comprender a través de la aceptación y la admiración por la singularidad. La belleza no se encuentra en la perfección, sino en las historias que se tejen en cada pliegue, cada cicatriz, cada sonrisa.
La obra de Mónica Bachué es un llamado urgente a redefinir la belleza, no como la ausencia de imperfecciones, sino como la suma de experiencias, historias y diferencias. Cada pieza es un testimonio de resiliencia, invitando al espectador a ver el mundo con nuevos ojos, donde cada rostro, con sus cicatrices y su historia, es una obra de arte en sí mismo.